Este lugar es un poco caro, pero vale la pena venir a probar, es algo muy diferente a lo de siempre es comida fusión. La vez que fuimos a conocerlo pedí un pollo delicioso que no recuerdo el nombre y tiene unos martinis de diferentes sabores de arrayán, limón, tamarindo, lima, etc. Te invitan a regresar nuevamente con esos martinis, mi mama les llama los raspaditos. El servicio es muy bueno los meseros fueron muy atentos, fue muy agradable mi primera visita, aunque si recalco los precios si son un poco elevados.
Para mí, la comida fusión no es mi hit, la mezcla de sabores con sus tonos agridulces, saladagrios, amargacidos o lo que se les ocurra simplemente no me llena. Pero en mi casa, si se trata de votos mis hermanas ganan en la toma de decisiones, así que este destino me llevó al Talento. Sin ser una cocina de mi agrado, me topé con una hamburguesa con queso roquefort que me dejó completamente feliz y contento, así que si la comida fusión no te gusta y acabas en el Talento, no te apures, que algo habrá que llene tu apetito. Otra cosa, los precios me parecen un poco exagerados, pero supongo que la creatividad que le ponen al menú puede justificarlo.